Los que llevamos haciendo fotos unos cuantos años, tantos que los de la era predigital suman una eternidad, hemos oído en más ocasiones de las esperadas, al mostrar alguna de nuestras imágenes, comentarios como este: Es que, claro, con
esa cámara…
La otra noche, Cindy me contó que
uno de esos fotógrafos agraviados, al ser invitado a cenar por una familia a la
que el artista le había dedicado un reportaje fotográfico de regalo, se despidió
de sus anfitriones diciendo: La comida
estaba muy buena. Tenéis un horno fantástico.
Por eso, los que desde niños amamos la fotografía sabemos que el valor de una mirada cotiza siempre por encima del precio de una cámara. Porque nunca hay dos miradas iguales. Sirva lo anterior para decir que tanto Andrés (a la izquierda) como Zhiqi (a la derecha), canonistas ambos, son propietarios de amorosas miradas tan enteramente suyas como intransferiblemente genuinas.
Por eso, los que desde niños amamos la fotografía sabemos que el valor de una mirada cotiza siempre por encima del precio de una cámara. Porque nunca hay dos miradas iguales. Sirva lo anterior para decir que tanto Andrés (a la izquierda) como Zhiqi (a la derecha), canonistas ambos, son propietarios de amorosas miradas tan enteramente suyas como intransferiblemente genuinas.
Tienen más cosas en común. Los dos estaban presentes en la excursión a Veruela y Tarazona del pasado 17 de mayo, y tanto Andrés (a partir de aquí, fotos en la columna de la izquierda) como Zhiqi (a partir de aquí, fotos en la columna de la derecha) han querido compartir sus archivos con los mirones de este blog.
Además de su gesto de generosidad, nos sirven una lección fotográfica. No solo por los justos motivos que tienen para disparar, sino porque cada encuadre elegido (siempre se escoge uno entre al menos un millón) pone en evidencia una actitud y una toma de postura ante el entorno circundante. Vale decir, el mundo.
Así, en paralela geometría, las veinticinco miradas de Andrés se suman a las veinticinco de Zhiqi, con la matemática intención de mezclar y cruzar para poder multiplicar. Esa es la esencia de este blog. Y esto es Veruzona por Zhandrés, aunque perfectamente podría haber sido Tarazuela por Andriqi.
Como desees. La geometría y la matemática de la fotografía permiten caprichos como este, durante los que se hace imprescindible no parpadear durante al menos los próximos cincuenta disparos.
Además de su gesto de generosidad, nos sirven una lección fotográfica. No solo por los justos motivos que tienen para disparar, sino porque cada encuadre elegido (siempre se escoge uno entre al menos un millón) pone en evidencia una actitud y una toma de postura ante el entorno circundante. Vale decir, el mundo.
Así, en paralela geometría, las veinticinco miradas de Andrés se suman a las veinticinco de Zhiqi, con la matemática intención de mezclar y cruzar para poder multiplicar. Esa es la esencia de este blog. Y esto es Veruzona por Zhandrés, aunque perfectamente podría haber sido Tarazuela por Andriqi.
Como desees. La geometría y la matemática de la fotografía permiten caprichos como este, durante los que se hace imprescindible no parpadear durante al menos los próximos cincuenta disparos.
Me gusta (como en el facebook).
ResponderEliminarYo habría preferido otra colección diferente como la de "TARRAZONA" por Zhiriqitrantrantran, que suena mucho más mestizo.
Como presumo que esta visión nueva y globalizadoramente mestiza no se va a producir, me quedaré tomando una infusión con que superar esta supresión que probablemente generará confusión por su inoperante pretensión y necesitada de una gran transfusión se quedará sin difusión. Y es que me ha salido así... con ritmo.
Bueno, pues eso, que me gusta, colega, que me gusta. Gracias
Pues nada, colega, confío en ti para próximos retos, siempre al filo de lo imposible. El zhiriqitrantrantran ese promete, aunque la verdad es que ahora mismo no sé cómo me las maravillaría yo. Me gusta-gusta que te guste-guste. Volando voy... y que viva el ritmo.
ResponderEliminarExtranjero: La verdad es que muchas veces pensaba que buena fotografía depende también de la cámara porque te pone limites - mis fotos me parecen mucho más chulas desde que tengo una cámara buena. Pero la comparaión con el horno me puede cambiar la opinión...
ResponderEliminarDe todas formas estoy totalmente de acuerdo que cada persona tenga (? - uff!) su propio punto de vista y cada persona puede contar cómo ve el mundo - da igual que tipo o cualidad de cámara.
Rowena: Eres un buen ejemplo. Nadie haría lo que tú haces con esa olympus que tienes y ese blanco y negro tan fantástico que captas.
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